En una institución financiera, un trader de monedas-extranjeras era el responsable de colectar y comerciarlizar activos para la organización con el fin de generar ganancias. Su bono anual estaba en función de cuánta ganancia producía a la organización sus negociaciones. No obstante, el empezó a perder dinero en sus negociaciones. Al temer las consecuencias relacionadas a su empleo, preparó un complejo esquema de fraude que involucró convencer a otros empleados de no rastrear sus negociaciones o (incluso) validarlas, todo esto al explotar el hecho que la organización no registraba las llamadas telefónicas de sus negociaciones, y al usar el acceso remoto de la instalaciones informáticas de la organización para continuar su fraude. El esquema duró 5 años. Aunque al inicio la mayoría de su fraude ocurrió en la oficina, crecidamente halló lo fácil que era conducir sus actividades ilícitas desde su casa en la mitad de la noche, ya que no tenía que preocuparse por nadie de la oficina o el hogar que le estuviera viendo sus espaldas.
En un determinado momento, el insider amenazó con renunciar cuando sus gerentes tuvieron sospecha y lo presionaran respecto a sus prácticas. Una “—auditoría interna combinada con observación externa—“, detectó las actividades ilícitas del insider, específicamente por las grandes transacciones que el había hecho.
Luego de su arresto, él argumentaba haber tenido dificultades para mantener con vida al esquema, y haber desarrollado un problema de abuso de drogas durante el proceso. Él dijo que negociación grupal (negociar con un team de traders), en vez de negociación individual, podría ayudar a mitigar riesgos a una organización, porque sería más fácil detectar prácticas de negociación ilegal o sospechosa, cuando hay múltiples miembros del equipo negociando la misma cuenta.
Él no ganó directamente del esquema, pero sí recibió USD 650,000 en bonos al hacer creer al banco que le hacía ganar dinero, en vez de perder grandes sumas. Fue sentenciado a pagar USD 700 millones por restitución, a más de 7 años de prisión seguidos de 5 años de libertad condicional. Además, el insider debía pagar a la organización fíctima USD 1000 por mes durante su libertad condicional. (Fuente: The CERT(R) Guide To Insider Threats).