El QAZ golpeó a entidades sensibles, que presionaron con transpiración legal, en un número tal, que era difícil dejar de verlo como un simple y acostumbrado hecho viral. Lo más delicado, era la sospecha que estos ejecutivos tenían acerca de la sintomatología del problema. Era la primera vez que a veía a gerentes preocuparse por conocer los hechos (la causa raíz) de un síntoma que les quitaba el sueño, y no dejarlo en -quizás sea un virus- como hasta hoy muchas compañías alegremente dejan las cosas. La meta no era sólo erradicar, sino comprobar el origen, y mostrar hechos, para dejar bien clara las cosas. En general, todos confabularon para el éxito de la atención oficial del primer incidente, las best-practices (RFC), manejadores prestos, afectados, líderes, y hasta -quien sabe- el mismo QAZ, que curiosamente era hecho en China. Eran los días donde la filosofía de T. Shimomura (amiguito de Mitnick) rondaba aún estas latitudes, de otro modo nada de esto hubiera ocurrido. Quien puede entender, que entienda.